LOGISTICA VERDE Y HUBS URBANOS: CUANDO RAPIDEZ, EFICIENCIA Y SOSTENIBILIDAD VAN DE LA MANO

Por Recamasa 30.01.2020

Un sector que empieza a moverse al son de la cuenta atrás.

 

El impacto de la digitalización ha acelerado la secuencia de actos que componen la cadena logística, sobre todo en la parte más cercana al cliente final, la conocida como última milla. Nuevos plazos para un comprador más impaciente que demanda en su pedido on-line una velocidad casi similar (y perdón por la exageración) a la que experimenta en un establecimiento físico. Mirar, elegir, comprar y poder disfrutar del producto lo antes posible.

El e-commerce ha revolucionado los tiempos de espera y ha postrado a todo un sector a la tiranía de las agujas del reloj. Según el medio Ecommerce News, a día de hoy el tiempo medio de entrega se sitúa en torno a 3,2 días y si bien un 82% considera un mínimo aceptable de 5 días, ya hay un 15% que se desquicia cada vez que su pedido tarda más de 24 h en llamar a la puerta y un 30% que estaría dispuesto a hacer un desembolso adicional si sus pedidos pudiesen llegar antes.

Y no sólo más rápido. El e-commerce cada vez cuenta con un mayor número de adeptos. Según Muypymes, a la espera de estudios definitivos, la predicción es que esta nueva alternativa de compras en España crezca en este 2019 la increíble cifra de un 20% respecto a 2018.

Es monotema en el entorno de la logística. El sector se encuentra ante un gran desafío que obliga a realizar cambios de una manera integral y que abarquen toda la cadena de distribución. Pero que no cunda el pánico, a grandes males, grandes remedios. La innovación que en ocasiones puede surtirnos de un amplio abanico de desafíos, también es muchas veces la herramienta para resolverlos. Y este caso no iba a ser menos. Si lo que buscan los clientes hoy en día es un servicio más rápido y mucho más eficiente, acerquémonos a ellos. Es el planteamiento detrás de lo que desde hace algunos años se denomina, hubs urbanos o centros logísticos urbanos.

El reto de acercarse al cliente, pero sin poner en riesgo la sostenibilidad del ecosistema.

Pero no cantemos victoria tan rápido. ¿Sólo digitalización? Se nos olvida que vivimos en un momento en el que los desafíos aparecen por todos lados y despliegan sus efectos por doquier. Digitalización sí, pero también desarrollo sostenible. Parece difícil de casar y más en el entorno urbano. Las ciudades han sido declaradas el principal campo de batalla contra el cambio climático y no es de extrañar cuando las megaciudades de más de 10 millones de habitantes serán la norma dentro de tan sólo 15 años y un 70% del planeta viva entre hormigón. Y tener almacenes en los que furgonetas se pasen el día saliendo y entrando, vertiendo emisiones y colapsando calles no parece el mejor futuro para el desarrollo sostenible.

Repensando un nuevo modelo para que rapidez, eficiencia y sostenibilidad puedan ir de la mano.

Un momento, ¿quién ha dicho furgonetas? O mejor, ¿Por qué furgonetas contaminantes? Precisamente esa cercanía al cliente puede convertir a estos nuevos centros en aliados de una actividad logística más respetuosa con el medio ambiente y de paso con la movilidad en las ciudades, la conocida como logística verde.

Para el Ayuntamiento de Barcelona, por ejemplo, este nuevo planteamiento de distribución permitiría que estos centros estratégicos fueran el punto de destino de furgonetas con mercancía proveniente de grandes almacenes metropolitanos y que posteriormente fuesen vehículos propulsados por energías alternativas (por ejemplo, eléctricos) y bicicletas los que después llevasen los pedidos a los clientes, promoviendo así una movilidad cero emisiones.

Y no es simplemente una tendencia. Las restricciones urbanas a la circulación de los vehículos más contaminantes lo han convertido muchas veces en la única manera de poder llegar a los habitantes de las partes más céntricas de las ciudades.

Por ello, la mayoría de los operadores del sector logístico han tomado nota y han surgido multitud de proyectos, adaptándose de la manera más sostenible a las peculiaridades de cada urbe. Bicicletas y triciclos eléctricos, vehículos propulsados por energías alternativas, e incluso repartidores a pie (siempre que las circunstancias lo permitan, claro está) se han convertido en los nuevos puentes que diferentes compañías utilizan para llegar a sus clientes.

Rapidez, eficiencia y sostenibilidad, los hubs urbanos están llamados a ser una de las respuestas más brillantes en términos de distribución para hacer frente los retos que la nueva década ha puesto por delante. Una nueva manera de entender la logística para cuidar de manera simultánea a clientes y al medio ambiente.